Dirigida por Alan Parker, este musical es básicamente un homenaje a las canciones de la banda Pink Floyd. El protagonista, Pink (Bob Geldof), quien es un cantante de un grupo musical que carga traumas desde su infancia, se encuentra en un cuarto de hotel previo a un concierto y empieza a recorrer pasajes de su vida traumática que arrastra desde su niñez. Pasando por crisis sentimentales de amor, sexo, violencia y drogas, esta película combina pasajes surrealistas y un sinfín de metáforas con una escenas animadas que identifican el sentir y los traumas del protagonista. Esta película está repleta de simbolismos, mucha música y pocos diálogos.
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