En Sugar Land, Houston, un grupo de amigos explica sus propios recuerdos de una infancia divertida y normal, formando un equipo que estaba en las buenas y en las malas, donde el joven, al que llaman Mark para protegerlo, fue el primero en ir abandonando la normalidad, en su paso a la adolescencia. También como protección, los amigos utilizan máscaras de superhéroes, dado que su condición de musulmanes norteamericanos puede comprometerlos en la historia y el aparente camino que Mark ha tomado. Cada uno de ellos tiene conflicto para entender lo que llevó a Mark a abandonar Texas, tomar un avión a Turquía y unirse a ISIS. Para ellos, la norma es la confusión y la duda, soportando la inevitable idea de que cada uno de ellos le fallaron, lo apartaron, no hicieron lo suficiente para sentirse parte de ellos y de esa forma se radicalizó y se entregó a una organización terrorista. En el cortometraje documental Ghosts of Sugar Land, el cineasta Bassam Tariq (These Birds Walk) acompaña a los amigos de Mark, quienes intentan reconciliarse con su decisión y deben aprender a seguir adelante.