El conflicto entre Nicolas Anelka y el entrenador Raymond Domenech, en el mundial de 2010, fue uno de los eventos que marco la carrera del futbolista, donde aparentemente, tras una decisión de sustituirlo, el jugador ofendió verbalmente al entrenador y fue, poco después, separado del equipo nacional. La noticia llego hasta la presidencia de su país, donde Nicolas Sarkozy declaro que las acciones fueron inaceptables. Anelka negó haber ofendido al entrenador y que sus palabras fueron magnificadas por la prensa, en busca de una nota.