Mi hermano, documental de producción mexicana, muestra un retrato muy íntimo sobre el tema de la adopción en el mundo y, en específico, en España, lugar donde radicó, toda su vida, Gabriela Ruigómez, una mujer que toma la decisión de empezar una familia, sin necesidad de casarse o tener pareja, al adoptar a un niño originario de Rusia, a quien llama Alexey. Gabriela trabaja y se dedica al cuidado del pequeño, durante varios años, hasta que Alexey empieza a cuestionar sus orígenes, recibiendo respuestas honestas pero cuidadosas. Con el tiempo, el pequeño sugiere tener un hermanito, algo que Gabriela ya tenía en mente y accede pronto, adoptando a su segundo hijo, también proveniente de Rusia, al que llama Mateo. Y aunque esto no hace fácil la vida de los chicos y su madre soltera, representa a la vez una oportunidad para formar vínculos sólidos de confianza, amor y hermandad.