Es la primera cinta de ficción en la carrera del director australiano Peter Slee.
La cinta se filmo en una sola locación, con dos actores, a lo largo de siete días, con un equipo de producción que trabajo de forma voluntaria.
La historia, del escritor Duncan Ley, empezó como una obra de teatro. Cuando el director Peter Slee tuvo el guion en sus manos, busco a Ley para convencerlo de adaptarlo en un largometraje.