Ana no quiere que la vean bailar

Ambientada en la Edad Media europea, Ana no quiere que la vean bailar da comienzo cuando la madre de Ana está en la calle y, sin razón aparente, comienza a bailar. La adolescente se siente profundamente humillada por el comportamiento inexplicable de su madre, y para empeorar las cosas, ella sigue bailando sin parar durante varios días, hasta que eventualmente otras personas comienzan a unirse a ella sin dar ninguna explicación. Mortificada por la vergüenza, Anna y otros adolescentes en el pueblo intentan todo para distanciarse de los bailarines adultos, pero ellos parecen decididos a hacer el ridículo y a deshacer todo a su paso: el paisaje, las plantas, los animales y los roles sociales también parecen volverse ridículos. Finalmente, los bailarines, uno por uno, comienzan a morir en una especie de suicidio colectivo alegre, cómodo y autoafirmativo. Solo queda Anna. No queda nadie a quien avergonzar. Nadie por quien avergonzarse.