Kerri Strug fue miembro de las Magnificent Seven, el equipo de gimnasia femenino estadounidense todo terreno que salió victorioso en los Juegos Olímpicos de Verano de 1996. La gimnasta es mejor recordada por realizar un salto a pesar de haberse lesionado el tobillo y por haber sido llevada posteriormente al podio por su entrenador, Béla Károlyi.