La cinta fue rechazada por el estudio Universal, pero sería producida por Columbia Pictures. El dueño de Columbia, Frank Price, fue vendedor de coches y sintió nostalgia por la historia de la película.
Según Robert Zemeckis y el guionista Bob Gale, la producción sufrió varios intentos de sabotaje, incluyendo noticias falsas a la prensa y el robo de varios props en el rodaje.