Durante varios años, Javier Chocobar, un activista de los derechos humanos y cacique de los diaguitas, del asentamiento de Chuschagasta, cerca de Trancas, Argentina, había luchado y había organizado campañas para el retorno de tierras indígenas que le habían sido expropiadas a su pueblo desde la época de la conquista. Dado a intereses comerciales y políticos, su pueblo seguía siendo expulsado de su lugar ancestral y su voz empezaba a alcanzar nuevos oídos. Esto causí una especie de alerta, que llevó a que, en octubre de 2009, Chocobar fuera asesinado, mientras defendía de manera pacífica el territorio de su comunidad. El crimen quedó registrado en un clip de video, al que el público pudo acceder gracias a plataformas en línea y causó una indignación generalizada, que llevó al público y a los medios de comunicación a reclamar justicia por su muerte, una que las autoridades intentaban tapar y desechar. En el documental Chocobar, la cineasta Lucrecia Martel explora los quinientos años de conflicto que, de alguna manera, llevaron a este tiroteo.