Como una de las figuras que irrumpió, explosivamente, en los últimos años, la activista Greta Thunberg ha sido también víctima de los ataques y señalamientos acusatorios de miembros de la política y de los medios de comunicación. Tres años después de haber escuchado, por primera vez, sobre el cambio climático, Greta, de 11 años entonces, se deprimió, se hundió, dejó de comer y fue diagnosticada con el síndrome de Asperger, además de un trastorno obsesivo compulsivo, mismo que, para muchos, incluyendo Donald Trump, es fácil señalar como su motivación para su activismo y no tomarla en serio. Convertida en un icono internacional, luego de sus protestas para obligar a que el gobierno sueco pusiera una nueva normativa para las emisiones de carbono, muchas personas se han interesado por saber quién es realmente Greta. Con el documental Yo soy Greta, el cineasta Nathan Grossman (Köttets lustar), sigue la trayectoria de la joven activista y su temprano ascenso, mostrando sus sinceros dones como oradora y revelando a la niña detrás de la figura.