Infinity Pool es tan visceral cómo hermosa. Un expresionismo noventero inundado por luces que hacen que los personajes se pierdan en ellas en una fotografía tan frenética cómo estática a la hora de retratar las expresiones de los personajes en primerísimos primeros planos. La forma en la que la misma cinematografía juega a través de la narrativa crea secuencias sugestivas hermosas. El cómo Brandon Cronenberg hizo que los momentos más crudos fueran visualmente tan artísticos me pareció una experiencia única. Y para mi eso es lo que define a esta película, tal vez muchas personas no vayan a caer en esta convención tan por lo menos extraña, pero si apreciamos lo retorcido de la ambigüedad narrativa esta es una historia fascinante. Siendo una experiencia surrealista en la que se podría criticar mil aspectos sobre todo de la sociedad supremacista blanca de altos recursos, cómo el ser absueltos de crímenes terribles dada su posición económica, el cómo los turistas destruyen los centros vacacionales extranjeros por puro entretenimiento perverso, a la tan rumoreada secta que tienden a inmiscuir personas de la alta sociedad y cometer actos despreciables sólo por tener la satisfacción del poder hacerlo, etc, etc. Hemos visto críticas sociales a este grupo de personas cientos de veces, pero el cómo la trama subvierte este concepto para a través del terror exponer este comportamiento retorcido es brutal.
En una forma más introspectiva hacia el personaje de James la clonación de cuerpos me parece que tiene algunas lecturas que por lo menos yo encontré fascinantes. Representando cómo nuestros “pecados” internamente nos van destruyendo hasta que dudemos si en verdad somos la misma persona que éramos antes de cometerlos y trayendo consigo una marca irreversible, si nuestra peor versión es solo una cara de nuestra constitución cómo seres humanos o si somos alegóricamente otra persona a la hora de cometer actos despreciables; esta es una de las narrativas más ricas expositivamente que he visto en mucho tiempo, es un riesgo basar toda la trama en actos ambiguos, pero cuando la trama logra tener una segunda y hasta tercera lectura es por las razones que amo este género; impredecible, grotesca, surrealista pero con un hilo narrativamente claro.
Yo entiendo que esta película no haya sido para todos, por lo antes explicado; pero para mi tiene un lenguaje cinematográfico que raya en lo perfecto, tiene montajes brillantes, cómo la escena en la que se meten a la casa del alcalde, la escena en la que torturan al policía, los momentos surrealistas de la secta o la gran escena climática, tal vez al guion le falto ser un poco más interesante en su superficie, pero tiene unos valores técnicos del altísimo nivel, pocas veces al año vemos productos de este género que busquen algo más allá que asustar o poner tenso al espectador, y para mi esta cinta lo logra a creces, una historia compleja en la que los momentos más estoicos tienen una justificación y un desarrollo subtextual en la narrativa. Brandon Cronenberg demostró el cómo construir una historia fascinante con un discurso político interno al horror que la cinta emana.