En la antigua Yugoslavia, la región de Kupa no conocía ningún espacio fronterizo, pero luego de la guerra de los Balcanes y las diversas complicaciones que han sucedido desde su final, se decidió construir una valla de hierro a lo largo de la zona, con lo que Eslovenia convirtió a Croacia en una especie de amortiguador involuntario para la afluencia de refugiados, la gran mayoría provenientes de Bosnia, quienes huyen con la esperanza de encontrar un nuevo hogar en alguna parte de Europa. Pero no solo eso, la valla ha colapsado cualquier actividad turística, de la que cientos de personas dependen y ha generado un nuevo conjunto de dinámicas. Con el documental The Wire, la cineasta croata Tiha K. Gudac (documental Goli), sigue a varios habitantes de la zona, permitiéndoles expresar su sentir, sus preocupaciones, sus aspiraciones, así como algunas ideologías fascistas de una zona que busca su propia identidad.