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    Anatomía de una caída
    Críticas
    4,0
    Muy buena
    Anatomía de una caída

    Justine Triet construye un misterio hitchcockiano con ‘Anatomía de una caída’

    por Liz Hernández

    Después de ganar la Palma de oro en el Festival de Cannes en 2023, el nombre de Justine Triet le dio la vuelta al mundo al convertirse en la nueva poseedora del título como la tercera mujer en recibir el famoso galardón cinematográfico. Tras dirigir In Bed with Victoria y Sibyl, proyectos que de la misma manera fueron nominados en ceremonias como los Premios César, la cineasta francesa representó una nueva figura esperanzadora frente aquellos que visibilizan el cine hecho por mujeres.

    Estrenada dentro de un año que fue dominado por blockbusters gigantescos y monstruosos de taquilla como Barbie y Oppenheimer, Anatomía de una caída sobresalió entre las demás producciones al presentar en la pantalla grande el relato sobre Sandra (Sandra Hüller), una mujer que es acusada por la repentina muerte de su esposo, Samuel Maleski (Samuel Theis). Su hijo Daniel (Milo Machado-Graner), quien tiene una discapacidad visual, es el único testigo de lo que sucedió momentos antes de su fallecimiento, pero la justicia está determinada a encontrar a un responsable de su pérdida.

    Triet muestra a su protagonista como centro de la historia desde los primeros segundos, pero hay una presencia aún más grande, la de Samuel. Aunque no lo vemos, su estancia en el hogar no pasa desapercibida, pues a través de la música exagerada notamos incomodidad en la casa, a pesar de que en ningún momento se muestre físicamente al esposo. La cineasta inserta de manera sutil, pero efectiva, al personaje de Samuel, pues convierte su ausencia en el origen del suspenso al mismo tiempo que lo vuelve omnipresente.

    Narrando una historia que casi roza en las cintas whodunit, la guionista y directora retoma principalmente el suspenso hitchcockiano para sumergir al espectador en un relato sobre muerte que lo transforma –casi– en un testigo más. Nadie sabe realmente lo que pasó, pero el misterio toma fuerza en cuanto reconstruye una discusión previa en un flashback y recupera testimonios en un juicio en la Corte, trasladando a las audiencias poco a poco a lo que casi es filmado como si se tratara de un documental.

    Le pacte

    Haciendo homenaje al aclamado filme de Otto Preminger Anatomía de un asesinato (1959), incluso en el título y el póster de la película, Triet involucra a su protagonista en un juicio tan intenso como el que lideró James Stewart como Paul Biegler, sólo que en esta ocasión la directora no centra su foco sobre el papel que tiene el abogado para defender a la acusada, sino en Sandra; una mujer que a pesar de ser retratada como exitosa, también se le muestra como una persona con defectos que puede ser agresiva, infiel y hasta robar propiedad intelectual.

    Apoyándose de zooms, primeros planos y expresividad a través de la fuerza o debilidad en los sonidos, Justine Triet transforma las escenas del juicio en un espectáculo intenso que es filmado con la tonalidad de un falso documental, que en ocasiones provoca, de manera desconcertante, risas entre los asistentes de la sala. Cada una de las intervenciones de los personajes es precisa y ha sido dirigida con suma atención para aportar el nivel de intensidad e información necesaria para cada momento; la prueba más grande de ello son las actuaciones de Machado, Theis e inclusive Messi, el perro que interpreta a Snoop.

    Le pacte

    Componiendo los tres actos con el mismo nivel de misterio, Triet inicia la odisea de su enigma desde que vemos a Samuel tirado en la nieve durante los primeros minutos del largometraje, pasando por el juicio y, por supuesto, la revelación del veredicto en el último tercio de la película. La realizadora cuestiona a sus personajes, tal como lo hace el espectador, sobre la supuesta culpabilidad de su protagonista y retrata no sólo dilemas intrafamiliares y morales como la crianza, el éxito profesional, la infidelidad, depresión y suicidio; sino que además de que pone a su personaje principal en una situación extremadamente vulnerable al acusarla de un asesinato, también se jacta de limitarla con el idioma.

    Le pacte

    Lo que realiza la directora es sumamente interesante, pues más que hacer dudar al espectador sobre la veracidad de lo que provocó la muerte de Samuel, muestra a una mujer completamente alejada del estereotipo que se tiene de la mujer dentro de una jerarquía familiar y a pesar de que los demás personajes y el público parece juzgarla, presenta las diversas tonalidades que tiene un ser humano dentro de un matrimonio. Más allá de cuestionarla por su papel en la muerte de Samuel, por no dedicar su vida completamente a la crianza de su hijo o por ser infiel con alguien de su mismo sexo, Triet pregunta al auditorio de Anatomía de un caída ¿realmente es necesario posar la culpa sobre alguien?

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