En agosto de 1988, la liga profesional de hockey cambio para siempre con la ayuda de una simple firma. Luego de haber obtenido su cuarta victoria en la Copa Stanley en tan solo cinco años, el equipo de los Oilers de Edmonton aprobaba y firmaban un acuerdo que enviaba a Wayne Gretzky, considerado tesoro nacional canadiense y probablemente el mejor jugador de hockey en la historia, hacia la pequeña franquicia de los Kings de Los Ángeles, en un trato que involucraba a muchos jugadores y muchos millones de dólares. Mientras que los fanáticos de los Oilers trataban de entender el impensable trato, los pocos aficionados a los Kings abrumaron las taquillas para conseguir boletos y admirar a la estrella del deporte. En el documental Kings Ransom, dirigido por el aclamado cineasta Peter Berg, se explora una cautivadora historia que dejo sin aliento a todo un país y a los aficionados del deporte en todo el mundo.