Inicialmente concebida como una investigación sobre la violencia autocrática e institucionalizada en las filas militares de Bielorrusia, la película tuvo que ampliar su narrativa debido a los acontecimientos políticos en Bielorrusia y la guerra en Ucrania.
Los realizadores y algunos de los protagonistas tuvieron que huir de Bielorrusia tras las elecciones presidenciales de 2020 y se quedaron en Ucrania, hasta que el ataque ruso los obligó nuevamente a salir del país.