Una crítica terrorífica que se queda corta
por Nath RodríguezDefinitivamente, el 2025 sigue confirmando que estamos viviendo una de las épocas más interesantes para el cine de terror. Este año ya tuvimos la oportunidad de ver títulos como Weapons, Sinners, Bring Her Back, y ahora, justo en la antesala de Halloween, llega HIM: El elegido, la nueva apuesta de Universal Pictures dirigida por Justin Tipping.
La historia sigue a Cam (Tyriq Withers), un joven mariscal de campo con un futuro brillante en el fútbol americano profesional. Tras sufrir un ataque y una lesión cerebral, recibe una invitación inesperada: entrenar con su ídolo, la leyenda Isaiah (Marlon Wayans), en unas instalaciones secretas en el desierto. Lo que empieza como un programa de élite se transforma en una pesadilla. De repente, Cam se encuentra en medio de rituales raros, tratamientos médicos bastante perturbadores y visiones que hacen que dude de su propia lógica y de su futuro.
Todo parecía indicar que HIM: el elegido tenía todo para ser un peliculón que expusiera temas como la explotación, la masculinidad tóxica y el precio real de la fama y la ambición. La premisa es genial y atrayente, pero, honestamente, la ejecución se queda a medias.
La película se enreda con escenas demasiado largas y sin un destino claro. Los diálogos son súper metafóricos y sugieren demasiado sin mostrar nada, lo que va desinflando la narrativa. El final es el ejemplo perfecto: en lugar de un clímax impactante, tenemos un desenlace que nos deja más confundidos que asombrados. Eso sí, con una estética impecable.
Lo irónico es que lo que realmente funciona son las actuaciones. Tyriq Withers tiene carisma, pero también muestra una vulnerabilidad creíble. Marlon Wayans es la gran sorpresa: su interpretación es mucho más dramática de lo habitual, creando un mentor que es tan magnético como aterrador. Incluso Julia Fox, como la esposa de Isaiah, aporta un aire de misterio, aunque su personaje se siente a veces desperdiciado.
Universal Pictures
El guion, lamentablemente, no les da terreno para desarrollarse como merecen. Las relaciones entre los personajes se quedan en la superficie, y la tensión que debería mantenernos pegados al asiento desaparece justo cuando más la necesitamos.
Si hay algo indiscutible en HIM, es que es visualmente brutal. Justin Tipping, que ya tiene experiencia con la estética en Kicks (2016), aquí lo lleva al límite: movimientos de cámara que parecen sacados de un anuncio de Nike, un montaje frenético y una fotografía espectacular de Kira Kelly. Cada plano es una obra de arte, casi como si estuviéramos viendo un cortometraje de arte o una campaña de perfumes de lujo.
Aunque este estilo es un aporte cinematográfico enorme, también es un arma de doble filo. La película se ve como un videoclip deportivo carísimo y, al final, lo visual pesa más que el fondo de la historia. Cuando Tipping logra que esas ideas sobre poder y ambición florezcan, lo hacen con mucha fuerza, y se nota que el director tiene el potencial para darnos una joya más adelante.
Universal Pictures
HIM: El elegido es una película llena de ambición, con ideas provocadoras y visualmente emocionante. Sin embargo, no logra construir una historia sólida que realmente asuste o impacte. Se disfruta por momentos, sobre todo por las actuaciones y la estética impactante, pero es probable que no la recordemos como otros grandes éxitos del terror actual.
Para los amantes del cine de terror curiosos, vale la pena verla en pantalla grande, aunque sea solo para debatir después si Justin Tipping nos entregó un experimento fallido o un paso intermedio hacia algo mucho más grande.