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    ‘Back to Black’: Una biopic que no se atreve a mostrar a la real Amy Winehouse

    por Liz Hernández

    A casi 13 años de la inesperada muerte de la estrella detrás del exitoso álbum Back to Black (2006), Amy Winehouse, su historia regresa al público a través de un recuento de su polémica vida y su prolífica carrera musical. Es dicho material discográfico el que da título a la biopic dirigida por Sam Taylor-Johnson, quien podría decirse tiene experiencia llevando historias reales a la pantalla grande y que es también una figura bastante controversial en Hollywood.

    Tras dirigir Nowhere Boy (2011), cinta sobre John Lennon en su juventud previa a la Beatlemania, la cineasta británica fue elegida para contar la historia de Amy, la emblemática estrella del jazz moderno originaria de Camden Town. Retomando el guion de Matt Greenhaigh, quien también escribió la biopic del ex Beatle y de Ian Curtis, Control (2007), Taylor-Johnson primero nos presenta a una joven emocionada por hacer música, pero mientras avanza la historia, la película no se esfuerza en demostrarlo.

    El retrato inicia con una Amy (Marisa Abela) de apenas 18 años y la historia nos la presenta como una chica que viste fuera de lo ordinario para la moda de los 2000, pues mezcla el estilo sesentero que heredó de su abuelita (Lesley Manville) con las piezas más extravagantes de la época. Su pasión por la excentricidad en general se refleja en el diseño de producción, el cual vemos desde que vivía con sus padres en el corazón de Londres, hasta sus últimos años como multimillonaria.

    Desde los primeros momentos de la película vemos a una joven Amy disfrutando en pubs, enfiestando con sus amigas, tatuándose y, cuando está sola en su habitación o en confianza con sus familiares, cantando y tocando la guitarra. Al principio, pareciera que el propósito principal es retratar su proceso creativo para la creación de aquellas canciones que, hasta la fecha, superan las mil millones de reproducciones en línea, pero son pocas las secuencias en que la directora se dispone a mostrar el camino de Winehouse en la industria musical.

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    Después de atraparnos con los inicios en clubs londinenses de la autora detrás de temas como “Tears Dry On Their Own”, el relato se olvida rápidamente de presentar su ascenso a la fama y hace un salto abrupto a su tóxica relación sentimental con Blake Fielder-Civil (Jack O’Connell), quien continúa siendo uno de los personajes más polémicos en la vida de esta leyenda del jazz, blues y soul, pues la trama le otorga más peso a su relación de pareja, que a su arte mismo.

    La escena del primer encuentro entre Amy y Blake envuelve al espectador en una divertida atmósfera del flechazo a primera vista, que no sería posible sin la química entre ambos actores; pero conforme transcurre la historia, comprobamos que a O’Connell le vino perfecto el papel de seductor bravucón que también ha interpretado en series como Skins. Es una pena que hasta cuando se le muestra en el escenario se le vincula a su pareja sentimental, restándole identidad a la persona cuya historia inspiró este largometraje. A pesar de que su noviazgo y matrimonio se convierten en el foco central de la historia, dejando ver a Amy no como una víctima de abuso y manipulación, sino como coautora de la violencia, hay algunas secuencias musicales que destacan.

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    Uno de los aspectos más sobresalientes de esta producción cinematográfica es la actuación de Abel, pues interpreta todas las canciones y se nota una ardua preparación para conseguir simular las expresiones y movimientos corporales de Amy Winehouse. El montaje de la creación del emblemático tema “Back to Black” también es de resaltar, pero es uno de los pocos –o únicos– momentos en que vemos realmente la pasión de la autora por crear su propia música.

    La historia también omitió el vínculo de Winehouse con otras grandes figuras como Pete Doherty, vocalista de The Libertines, con quien tuvo una relación amorosa, y aunque Taylor-Johnson intenta integrar guiños con la secuencia de "Don't Look Back Into the Sun", es una pena que pasara desapercibida. En cuanto a sus vínculos profesionales, de igual manera se omitió una de sus colaboraciones más importantes para la creación de “Back to Black”, su álbum más exitoso, pues la historia ignora la gran intervención que Mark Ronson, ganador del premio Oscar por Nace una estrella tuvo en su vida.

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    La directora, además de dar prioridad a los polémicos momentos de la vida personal de Winehouse en lugar de concentrarse en la construcción de una estrella, pareciera también tener miedo a mostrar las adicciones y trastornos de su protagonista. La bulimia de Amy sólo es nombrada en una ocasión y no como tal, sino como una pregunta implícita dentro de una conversación con su padre, Mitch Winehouse (Eddie Marsan) –otra figura cuya intervención egoísta en su carrera es omitida– al igual que su adicción a las drogas. Si bien muestra la dependencia de la cantante al alcohol, la cinta no se atreve a enseñar la influencia que las drogas tuvieron en su música y una de las exclusiones más notables, es durante la escena de la premiación de los Grammy.

    Taylor-Johnson y Abela recrean casi a la perfección la presentación musical de Amy a distancia durante la ceremonia de los premios Grammy, en la cual ganó el premio más importante de la noche y cuyo triunfo fue anunciado por uno de sus ídolos, Tony Bennett. La reacción de la cantautora es idéntica a la del video real, pero la directora omite la tormentosa relación que tuvo la intérprete con las drogas durante ese momento; algo que fue revelado en el documental Amy (2015), de Asif Kapadia.

    Universal Pictures

    A diferencia del documental ganador del Oscar, esta biopic prefiere no arriesgarse. La película se concentra en su relación amorosa y pretende demostrar que la violencia fue propiciada por ambas partes en lugar de enaltecer a una persona cuyo camino fue tan exitoso como vulnerable ante las adicciones y las personas que se dedicaron a explotar su fama y lugar en la industria.

    Back to Black, si bien se vuelve entretenida y no cae en el amarillismo de dramatizar su vida, el largometraje no termina diciéndonos nada más que Amy fue una mujer con pasión por el jazz, peinados sesenteros y cuyo final abrupto no aporta nada al espectador sobre la extraordinaria trayectoria de la cantautora y sólo se enfoca en su tormentosa relación.

    Back To Black
    Back To Black
    Fecha de estreno 11 de abril de 2024 | 2h 02min
    Dirigida por Sam Taylor-Johnson
    Con Marisa Abela, Jack O'Connell, Eddie Marsan
    Sensacinemx
    3,0

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