El cómo “The Bikeriders” disecciona la masculinidad y la complejidad de esta en una sociedad en la que la violencia estaba tan sistematizada en la mente colectiva como era en los años 60 es fantástico. Dota a esta violencia como si fuese un personaje más dentro de la cinta: no es estética, es cruda; no es sensacionalista, es real. Cada golpe te duele y repercute en el desarrollo de cada personaje. No hay violencia gratuita, no hay héroes ni villanos, solo personajes rotos y marginados que a través de los “vándalos” le encuentran sentido y valía a su existencia.
Esta película tiene uno de los mejores diseños de producción y casting que he visto; realmente parece una remasterización de un clásico de dicha época. Algo que me está enamorando del cine actual son este tipo de películas que no ocultan a qué películas homenajean, recreando hasta plano a plano a clásicos del cine que le dan un aura increíble. Sin duda, lo mejor de esta película son Austin Butler y Tom Hardy, quienes crean personajes con una imponencia magnética. No dudas ni por un segundo por qué son los líderes de la pandilla y por qué son tan respetados. Tal vez uno de los puntos flojos de la película es lo dispersa que se siente. Por momentos (excluyendo al personaje de Kathy), tanto Benny como Jhonny se pierden en la trama por tramos largos, haciendo que no termines por conectar con la vida de estos personajes. Para mí, faltó que la película se sintiera más sucia, que tanto los excesos como la violencia fueran más patéticos y crudos, que realmente te sintieras en la piel de uno de estos personajes.
Pero en términos generales, esta película es buenísima, tiene muchísimos más aciertos y logros técnicos que flaquezas. Es atrapante; la película crea un suspense con el que siempre crees que en la siguiente escena va a pasar algo horrible. A pesar de ser una película súper contemplativa, nunca aburre. Cada historia de cada personaje, por más secundario que sea, te interesa; cada personaje tiene exceso de personalidad, aunque apenas aparezcan en pantalla. Y para mí, lo más importante es que le rindieron un tributo a la altura al tipo de cine que buscaban homenajear. Una película en la que puedes notar ese amor y respeto por el cine que todos los involucrados tienen, y vaya que lo consiguen.