Al Pacino seguía interpretando su papel, a pesar de no estar en grabaciones: caminaba con bastón y no veía a nadie a los ojos.
La escena del tango fue grabada en tres días.
Los productores pensaron en castear a Jack Nicholson para el papel de Frank Slade.
Philip Seymour Hoffman audicionó cinco veces para su papel y, al final, fue este rol el que cambió su carrera para siempre.
Todas las escenas que fueron grabadas en el hotel se hicieron durante la noche para no molestar a los huéspedes.