Orlando Bloom perdió 23 kilos a lo largo de tres meses para prepararse para este rol.
La película se rodó en orden inverso. Para que Orlando Bloom mantuviera la energía necesaria durante el rodaje, comenzó con su peso más bajo y, conforme avanzaban las filmaciones, fue ganando peso… incluso comiendo helado, ya que las escenas finales de la historia fueron, en realidad, las primeras que se grabaron.
Esta es la segunda película en la que Orlando Bloom interpreta a un boxeador, siendo la primera fue 'The Calcium Kid'.