Para la creación de su segundo largometraje, la directora Alexandra Latishev Salazar decidió utilizar los recuerdos familiares que vivió con su madre y abuela, quienes tenían delirios de persecución debido a la violencia intrafamiliar que sufrían.
Después de haber dirigido numerosos cortometrajes y su primer filme, la directora Alexandra Latishev Salazar se desafío a sí misma al crear una historia situada en un mismo lugar, sin algún otro tipo de localización.