En el apogeo de la Guerra Fría, el gobierno de Estados Unidos está decidido a luchar contra el comunismo con cultura. La Bienal de Venecia, la exposición de arte más influyente del mundo, se convierte en un campo de pruebas en 1964. Taking Venice sigue a Alice Denney, conocedora de Washington y amiga de los Kennedy, que junto al ambicioso curador Alan Solomon y Leo Castelli, un poderoso marchante de arte de Nueva York, se embarca en un atrevido plan para convertir a Robert Rauschenberg en el ganador del Gran Premio. El artista aún no ha sido tomado en serio con sus combinaciones de basura callejera e imágenes de la cultura pop, pero tiene el potencial de deslumbrar. Realizando hábilmente maniobras que podrían haber salido de un thriller de Hollywood, el equipo estadounidense deja a la prensa internacional llorando y a Rauschenberg cuestionando la política de nacionalismo que lo envió allí.