Gene Kelly no aprobaba del todo a Debbie Reynolds y en ocasiones la regañaba por su falta de preparación como bailarina.
Debbie Reynolds, afligida por los regaños de Kelly, estaba llorando debajo de un piano cuando Fred Aistaire la encontró. El máximo bailarín de Hollywood consoló a la actriz y la convenció de que su esfuerzo valía la pena.
Debbie Reynolds tan sólo tenía 19 años cuando la seleccionaron para el papel. La chica aún vivía con sus padres y debía tomar tres distintos autobuses para llegar a los estudios de grabación; a veces prefería dormir en el set para no llegar tarde al siguiente día.
El American Film Institute (AFI) posicionó a Cantando bajo la lluvia en el lugar número 5 de las mejores películas de Hollywood.