Alerta máxima 2 : los secretos del rodaje

La película fue uno de los primeros créditos de Matt Reeves, quien escribió el guion con un amigo en la universidad. El guion se llamó Dark Territory en una etapa y End of the Line en otra. Cuando terminaron de escribirlo, el mercado de cintas de acción colapsó y no lograron venderlo. Pero el guion fue elegido por Warner Brothers, que decidió modificarlo y convertirlo para servir como una secuela de Alerta máxima. Según el propio Reeves, la película: ”tenía la intención de ser muy parecida a una película Die Hard, lo que supongo que Under Siege también lo era, excepto que la diferencia era que en las películas de Under Siege esa tensión es cuánto tiempo antes de que Seagal arranque la laringe de alguien. Y lo que me encanta de Duro de matar es esta idea del desvalido, que aquí está este tipo, especialmente en esa primera película, que es un policía de Nueva York que ni siquiera tiene zapatos. Y de alguna manera tiene que salvar este edificio, salvar el día Eso era lo que se suponía que era esa película, pero no terminó siendo eso”.

Warner Bros. había planeado una tercera película de Under Siege muy poco después del lanzamiento de esta. En lugar de escribir el guion, se decidió encontrar uno con ciertas especificaciones y convertirlo en otra secuela, tal como lo hicieron con la segunda película. La búsqueda los llevo a una historia titulada Pandora, de Dale Ashcraft, que trataba sobre una planta de defensa gigante que ha sido tomada por terroristas que quieren robar un sistema de guerra informático secreto llamado Pandora. Pero a pesar de que el guion se modificó para una potencial tercera parte de la saga, debido a muchos problemas legales y personales en los que se metió Steven Seagal a finales de los 90 y principios de los 2000, Warner Bros. canceló el contrato de Seagal con ellos junto con al menos sobre docenas de proyectos cinematográficos diferentes que tenían en los que él iba a protagonizar y que estaban en pleno desarrollo en el momento en que esto sucedió.

Los cineastas fueron pioneros en una nueva técnica que les permitió filmar todas las escenas del interior del tren, que es prácticamente toda la película, en el estudio. Unas pelotas de tenis pegadas en las paredes del estudio se usaron como puntos de referencia para permitir que las computadoras insertaran imágenes del paisaje de Colorado, incluso cuando la cámara se movía.