La película afirma tener cierta base en la verdad porque se han descubierto nuevas microecologías en cuevas profundas, especialmente en Rumania.
Se creó un tanque de 750,000 galones para realizar escenas submarinas.
Filmado principalmente en Rumania, un país con más de 12,000 cuevas registradas.
Los actores a veces tenían que pasar de 10 a 12 horas al día en traje de neopreno, constantemente entrando y saliendo del agua.
Andrew Mason, uno de los productores de la película, dice que contrataron a algunos de los mejores buceadores de cuevas del mundo como consultores para mantener la película lo más técnicamente plausible posible.