El guionista y director Carlos Reygadas filmó escenas callejeras abarrotadas en medio de multitudes reales. El camarógrafo Diego Martínez Vignatti se sentó en una silla de ruedas y simplemente lo empujaron entre todos. Afortunadamente, nadie que pasaba miraba por la lente de la cámara.
Fue presentada durante el Festival de Cannes de 2005, donde llegó a ser considerada como fuerte candidata a recibir la Palma de oro como mejor película.
Para su rodaje empleó de nuevas personas sin experiencia actoral y su equipo de producción se redujo de 35 a solo 12 personas.
La secuencia inicial y final de la película es una felación, escena que fue censurada en su exhibición comercial en México, acción que el mismo Carlos Reygadas aceptó fue autoimpuesta a solicitud de miembros del elenco.