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    Battle angel: la última guerrera
    Críticas
    3,5
    Buena
    Battle angel: la última guerrera

    Un espectáculo visual acompañado de una historia entretenida

    por Octavio Alfaro

    El cyberpunk tiene la cualidad de reflejar realidades que pueden cambiar por completo al mundo como lo conocemos, es por ello que la creatividad de los realizadores suele darse permisos para hablarnos de la importancia de cuidar el planeta Tierra, pero sobre todo del incremento de la influencia que la tecnología ejerce sobre nosotros conforme avanzan los años y las repercusiones ambivalentes que conlleva.

    Battle Angel: la última guerrera, es la historia de una ciborg sin recuerdos, reconstruida a partir de únicamente su cabeza y bautizada como Alita (Rosa Salazar) por el Dr. Dyson Ido (Christoph Waltz), el responsable de darle una segunda oportunidad. Sin embargo, conforme avanza la historia comienza a recordar quién era y a partir de ello somos testigos de la rápida maduración de la protagonista, que tiene carisma innegable.

    Lo bueno

    Sin duda el aspecto visual es lo que más destaca en la producción, y es que los escenarios concurridos lucen espectaculares, sin dejar de mencionar a los personajes robóticos en sí mismos, cuyos diseños varían y lucen imponentes a su manera. Y es que conforme transcurren los años, el uso del CGI va mejorando y la línea que separa a la realidad de la ficción se va adelgazando. Y a pesar de la controversial decisión de ponerle ojos grandes a Alita, esto no afecta negativamente al personaje ni en su forma de ser, ni físicamente.

    Lo anterior lo podíamos notar desde los avances, por lo que la verdadera sorpresa recae en el guion. Contrario a lo que pensaba de tratarse de un problema cualquiera tomado a la ligera en aras del espectáculo de efectos visuales, hay una historia cuidada, que logra mantenernos pendientes de los sucesos. Y a pesar de los temas clichés como el amor y la superación personal, los hechos se van entrelazando y creciendo a la par de Alita, por lo que el panorama se expande conforme nos acercamos al final.

    No está de más mencionar que a pesar de ser una producción de James Cameron y que se nota a kilómetros de distancia por lo ambicioso del proyecto, Robert Rodríguez logró imprimirle su sello característico, poniendo las dosis que nos gustan de violencia y personajes algo extraños, pero que de alguna forma se quedan en nuestra mente. Esto nos habla de lo atrevido que puede ser el cineasta con presupuestos altos y de su adaptación a los proyectos, ya que no desperdicia prácticamente ningún momento de la cinta.

    Lo malo

    Sí, a final de cuentas es una cinta de fórmula que sigue la trama del bueno contra el malo, pero sabiéndola utilizar sigue estando vigente a pesar de que podemos previsualizar en nuestra cabeza lo que va a suceder. Como ya mencioné, existen los momentos típicos de cualquier drama, en el que los sentimientos afloran y el cambio de personalidades puede ser algo viable, pese a ser un mundo desolador.

    En algunas tomas se nota una diferencia visual, ya que la calidad de los gráficos desciende a algo cercano a los videojuegos. Por momentos las actiaciones no son del todo convincentes, lo que genera un poco de risas, pero son sólo un par de ellos. Y no puedo dejar de mencionar el final que no me dejó satisfecho del todo, sin embargo, no entraré en detalles al respecto para evitar caer en spoilers.

    En pocas palabras

    Battle Angel: la última guerrera es visualmente impactante. Te deja con ganas de más y el elenco hace bien su trabajo. Hay una buena historia como excusa, aunque también hay momentos que no estuvieron a la altura. Me atrevo a recomendarla en formatos como IMAX o 4DX ya que vale la pena.

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