Gran parte de la película fue grabada en distintas estaciones del metro de la ciudad de Buenos Aires.
En una de las escenas, hay una estación llamada "Borges", no obstante, esta no es una estación real del metro de Buenos Aires, sino un simple homenaje al autor porteño Jorge Luis Borges, cuyas obras se caracterizan por los laberintos.
Tal fue el éxito de la cinta, que muchos años después en 2014, la estación de San José fue pintada con varias de las escenas de la película.