Haie Nao solía ser un abogado de élite, pero por cierto incidente fue echado de su trabajo y ahora se ha convertido en un detective privado que tiene su propia oficina. Con todos los conocimientos que posee, Haie se encarga de resolver casos de herencias, en especial aquellas que son complicadas de resolver, por lo que a tráves de un método bastante especial y que podría parecer ortodoxo, Haie se dispone a resolver sí o sí el trabajo que le han enmendado. A él lo que más le interesa es respetar y hacer valer la voluntad del fallecido, así que termina desentrañando una serie de conflictos familiares, secretos y las verdaderas intenciones de éstos ya que la gente hace lo que sea por dinero. Nao es apoyado por sus dos compañeros bastante pintorescos e interesantes que a pesar de sus apariencias son sumamente brillantes. Los tres forman un equipo imparable que hasta el momento no hay herencia que no puedan resolver ni voluntades por cumplir, pues por más astutos que se crean los herederos o personas allegadas al fallecido, Haie y su equipo siempre están un paso más adelante.