En el Londres de 1763, las mujeres solo pueden progresar económicamente si se casan con alguien con posición o convertirse sin prostitutas. Es así como surge el auge de los burdeles los que están dirigidos por mujeres como Margaret Wells, quién es dueña de uno de los burdeles más populares de la ciudad. Cuando la nueva moral de la sociedad londinense provoca el desprecio de los ciudadanos hacia las chicas de burdel. Margaret buscará la forma de expandir su negocio para asegurar su calidad de vida, y el de sus chicas.