Carlos Ferrer es un actor, presentador y cómico que lleva más de una década trabajando en este sector así que es invitado a una festividad en un pueblo de Sevilla durante Semana Santa, donde se le ocurre una brillante idea gracias a su sentido del humor y cree que las demás personas lo tomarán de buena forma, pero no resulta ser así. Debido a que él ha sido invitado para realizar un importante anuncio, decide vestirse como la Virgen del Cierzo, la cual es demasiado adorada por toda la gente del sitio y en tan sólo 18 segundos su vida da un cambio drástico, pues a nadie del público le parece chistoso o de buen gusto que haya optado por vestirse así, lo que provoca que una asociación de abogados lo denuncien por haber cometido un delito contra los sentimientos religiosos. Ahora Carlos deberá enfrentar una condena en prisión que durará dos años y un día. En la cárcel se dará cuenta que ese lugar no es tan malo como pensó, pues lo ponen a dirigir el grupo de teatro y esto hará que disfrute de su estancia ahí, ya que habrá gente con la que logrará llevarse bien, lo que provocará que aproveche al máximo su situación.