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Liberados del gobierno de los samuráis hace 150 años, los habitantes de Hinomoto viven vidas pacíficas y reverencian a sus liberadores, demonios cuyas verdaderas formas siguen siendo esquivas, como dioses. Destinado a extraer rocas para que los demonios se den un festín, Musashi conoce la triste verdad: la humanidad está esclavizada por estos seres de otro mundo y los samuráis son el último bastión que lucha por la libertad. Ocultando su verdadera opinión a sus compañeros y alejándose de su amigo de la infancia, Kojirou Kanemaki, Musashi vive angustiado hasta el día de su graduación. Cuando los recién graduados llegan a la mina, se horrorizan al ver el trato inhumano de los mineros y la extraña apariencia física de sus supervisores. Sin embargo, Musashi logra resistir gracias a la ayuda de Kojirou. Mientras el líder de los demonios causa estragos en la cantera, Musashi es salvado una vez más de una muerte segura por el clan samurái Takeda. ¡Recuperándose de la humillación y el anhelo de aventuras, Musashi se embarca en un viaje para convertirse en samurái y formar su propio clan!
24 episodios
Transmitida desde:
5 de enero de 2022
1 video
Ver reparto completo de la temporada 1
0:53
Musashi y Kojiro intentan enfrentarse al poderoso Kishin que ha aparecido, pero ¿serán realmente capaces de enfrentarse a la clase de oni que ha dominado a Hinomoto durante más de cien años?
Kojiro y Musashi intentaron derrotar a los Kishin frente a ellos, ¡pero una banda de Bushi se interpuso en su camino! ¿Derrotarán a los Kishin y se llevarán su premio a casa?
El viaje de Musashi y Kojiro inmediatamente se ve envuelto en problemas cuando una chica misteriosa les roba el vehículo.
Musashi y Kojiro se ven obligados a encontrar una manera de escapar de la prisión del castillo de Kosameda, mientras que Tsumugi está atrapada entre su deseo de proteger a sus amigos y las órdenes de su padre dominante.
Tsumugi lucha por decidir qué hacer a continuación, y Musashi se encuentra con un misterioso y desquiciado Bushi vestido de negro.
Musashi y Kojiro buscan las espadas Kitetsu que necesitarán para luchar contra los oni, pero un ritual misterioso que involucra las espadas místicas podría convertirse en un obstáculo inesperado.
Shiro se ofrece a ayudar a Musashi a superar sus dificultades con Kitetsu Blades y volverse más fuerte, pero ¿se puede confiar en él?
Mientras Shiro se aprovecha de los otros Bushi que se han reunido para cazar un Kishin, Musashi tiene que encontrar una manera de escapar del pozo de lava y ayudar a sus amigos.
Musashi, Kojiro y Tsugumi se enfrentan a Nanao y Shiro, y su única esperanza de victoria podría ser la entidad misteriosa dentro de Musashi.
Con la ayuda de la diosa de la obsidiana, los Kanemaki Bushi han logrado sobrevivir al ataque de Shiro y Nanao. Antes de emprender la siguiente parada de su viaje, hay una última cosa que debe hacer Musashi.
Musashi, Kojiro y Tsugumi se pierden en el desierto cuando un encuentro casual los pone en curso para una nueva aventura.
Musashi, Kojiro y Tsugumi se reúnen con la Alianza Uesugi en un esfuerzo por aprender más sobre el padre de Kojiro. Pero con una batalla contra los Kishin de la isla de Awaji que se avecina, es posible que las fuerzas reunidas no estén de humor para complacer a los forasteros.
Musashi no ha conseguido convertirse en capitán de su grupo, pero intenta que las tensiones que hay entre ellos desaparezcan. ¿Acaso es él el único que sabe cómo debería ser una banda de Bushi?
Los problemas de Musashi en la Unidad Shimazu parecen empeorar cada vez más, con acusaciones de deserción y espionaje en su camino. Al menos puede recurrir a la gentil Michiru para que se ponga de su lado, ¿o sí?
Con la conexión entre Musashi y Michiru, la ubicación de la Diosa Obsidiana termina siendo descubierta por Yataro, quien inmediatamente advierte a los Perros Negros, y el grupo arma una estrategia para recuperarla.
La aparición de dos perros negros complica la situación para los bushi, aunque Musashi acabará ante el padre de Michiru.
Tras lo ocurrido con los bushi, estos se preparan para contraatacar con un intrincado plan, aunque los perros negros también tienen el suyo.
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