Paige Alexander es una terapeuta y madre soltera, ella intenta sacar a flote a su hijo adolescente, Finn, y también tener tiempo para ella, para seguirse aventurando y encontrar el amor. Paige suele ser bastante perfeccionista y cuando algo se sale fuera de su control, ella no queda tranquila hasta lograr su objetivo, por lo que la vida actual que posee y tanto le costó construir se ve amenazada por el regreso de su padre, Paige no se tomará las cosas a la ligera. Edwin Alexander estuvo casi dos décadas en prisión, cumplió con su sentencia y ahora que ha sido liberado decide ir a vivir con su hija Paige, quien no toma de la mejora forma la noticia. Entre los dos no hay una buena relación padre-hija, ésta se fue deteriorando con el tiempo y ahora que deben vivir bajo el mismo techo, ambos podrían terminar por acercarse o no volverse a hablar jamás. Lo cierto es que esta oportunidad reabrirá viejas heridas, les mostrará nuevas enseñanzas y también los hará valorar lo que cada uno tiene, aunque para Paige parecerá un dolor de cabeza tener a su padre entrometiéndose en su relación con su novio o en las decisiones que toma, también en algún punto se dará cuenta que lo que él vivió fue sumamente difícil y a pesar de todo logró sobrevivir.
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