Durante el juicio del policía Allan Harve, quien es acusado de haber asesinado a un hombre de color, se ve interrumpido por la llegada de un grupo revolucionario que se encargará de cambiar las reglas en aquel sitio, pues no creen que las leyes sean justas debido a que la Constitución se ha encargado de velar por los intereses de los más poderosos y no de la población entera que se encuentra desprotegida. Este grupo es liderado por el veterano militar Azania Maqoma, quien con ayuda de sus fieles seguidores mantendrá encerrado al policía dentro del tribunal para así transmitir en vivo su juicio haciendo que toda persona sudafricana tenga que decidir si este presunto culpable debe ser perdonado o ejecutado. Dependiendo del número de votos que tengan las dos opciones, Azania se encargará de llevar a cabo el cometido, aunque le mostrará a toda la nación quién en realidad es Allan, sacará pruebas y evidencias que generen tal tensión por quererlo muerto. Toda Sudáfrica estará conmocionada, dividida y se desatarán varios enfrentamientos en las calles, ya que lo que han hecho el grupo de Azania motivará a otros a buscar la justicia por su propia mano.