En la Italia de 1800 una brillante mujer llamada Lidia Pöet lucha por poder ejercer la profesión de abogacía, pues el Tribunal decidió prohibirle la posibilidad de inscribirse en el Registro de Abogados por el simple hecho de ser mujer, así que no puede ser abogada por el momento. Lidia no se quedará de brazos cruzados y hará hasta lo imposible para hacer una apelación que el Tribunal no pueda rechazar. Por mientras, Lidia trabajará en el bufete de su hermano Enrico y en este lugar será donde desarrolle gran parte de su potencial, pues se dispondrá a atender casos desafortunados e injustos donde demostrará su perspicacia y valía. Le probará a los demás hombres que ser mujer no significa ser débil, ignorante e incapaz sino todo lo contrario, pues incluso se adentra de lleno a los casos más complicados de homicidio y que parecieran imposibles de resolver. Lidia no le temerá a nada, pues sabe la capacidad que posee y está dispuesta a convertirse a como dé lugar en la primera abogada mujer en toda Italia.