Así es como ‘La primera profecía’ recupera la belleza y el horror del cabello de Medusa
Interesado en las religiones del mundo y especialista en arte sacro medieval, mis géneros favoritos son las épicas de fantasía al estilo 'El señor de los anillos', 'Valhalla Rising' y 'El caballero verde', así como el terror religioso de 'El exorcista', 'Saint Maud' y '30 monedas'.

La directora Arkasha Stevenson nos sumerge en una oscura reinterpretación del mito de Medusa, explorando la dualidad entre belleza y horror a través del cabello serpenteante.

La profecía, de Richard Donner, angustió al mundo cuando se estrenó en 1976. La película contaba la historia de Damien Thorn, un niño que presumiblemente era el engendro de Satanás y que crecería hasta convertirse en el Anticristo. Desde entonces, han seguido varias secuelas e incluso una nueva versión de 2006, pero nunca se habían atrevido a narrar los orígenes de este malévolo personaje.

La primera profecía, que actualmente se encuentra en las salas de Cinépolis y Cinemex, se centra en Margaret (Nell Tiger Free), una joven que, criada como huérfana por la iglesia durante toda su vida, está ilusionada con cumplir su destino y convertirse en monja. Es un llamado para el que está preparada, pero el proceso está lleno de distracciones y tentaciones.

Medusa y el Anticristo: el simbolismo detrás de ‘La primera profecía’

Luz (Maria Caballero), la compañera de Margaret, quiere aprovechar sus últimos días de libertad antes de tomar sus votos. Pero no quiere vivir los placeres mundanos en soledad, así que decide invitar a Margaret. La protagonista, aunque renuente al principio, está abierta a este mundo de experimentación en clubes nocturnos donde conoce a un hombre llamado Paolo (Andrea Arcangeli).

En principio, el guión sugiere, más no muestra, el encuentro sexual entre Margaret y Paolo, y sólo en el tercer acto se confirma. Sin embargo, a partir de un uso elocuente y elegante del montaje, la directora Arkasha Stevenson transita de una secuencia llena de música, baile y luces neón a un primer plano de la protagonista sobre la cama con su largo y oscuro cabello extendido salvajemente sobre las sábanas.

La imagen evoca la figura legendaria de Medusa, cuya historia está profundamente arraigada en la mitología griega. Medusa era una de las tres gorgonas, seres monstruosos con cabellos de serpientes y la capacidad de petrificar a quienes los miraban directamente a los ojos. Su destino trágico comenzó cuando fue seducida y violada por el dios Poseidón en el templo de Atenea, deshonrando así el lugar sagrado. Enfurecida por este ultraje a su santuario, Atenea castigó a Medusa transformándola en una criatura horrible cuya mirada convertía a los mortales en piedra.

La directora reinterpreta este relato mitológico en La primera profecía, confirmando hacia el final de la película que Margaret fue sometida por los seguidores del Anticristo durante la noche que se divertía en el club nocturno con su compañera Luz. El uso del dispositivo iconográfico de Medusa subraya que Margaret es víctima de una violación y que a partir de ese momento se está gestando el Anticristo en su interior.

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