Esta clásico de Navidad solo envejeció bien: se convirtió en un ritual familiar. Puedes verla mil veces y siempre habrá algo que te haga reír.
Cada diciembre ocurre lo mismo: todos sacan sus cobijas, encienden las luces, prenden el arbolito y comienzan ese maratón de películas navideñas que ya son casi parte del decorado. El Grinch, Elf, Realmente amor, El Expreso Polar y por supuesto, ese eterno debate sobre si Duro de matar debería o no contarse como película navideña.
Estas cintas tienen un encanto único: son tiernas, divertidas y unas cuantas absolutamente caóticas, pero todas comparten ese toque cálido que nos hace volver a ellas año tras año. Entre villancicos, renos testarudos, familias disfuncionales y niños que creen en la magia, diciembre se vuelve todo un festival cinematográfico.
Y entre tantas opciones, hay una película que domina completamente el mes, se repite en televisión, streaming y es favorita de millones desde hace tres décadas y media: Mi pobre angelito. 35 años después, sigue siendo la película más vista en diciembre en todo el mundo y para celebrar su aniversario, aquí van 5 datos poco conocidos sobre la película que marcó la infancia de millones.
1. Encontrar la casa perfecta tomó semanas enteras
La casa es prácticamente un personaje más pero encontrarla fue una misión titánica. El equipo pasó semanas recorriendo barrios en Chicago hasta encontrar la mezcla perfecta entre cálida, intimidante y funcional para el caos. Al final, la famosa casa de ladrillo rojo se convirtió en un ícono navideño.
2. El hermano menor de Macaulay Culkin aparece en la película
Quizá no lo notaste, pero uno de los hermanos de Macaulay Culkin aparece en la cinta. Se trata de Kieran Culkin, quien interpretó a Fuller, el niño tímido detrás de las gafas gruesas que tomaba refresco sin descanso. Hoy lo conocemos por Succession, pero en 1990 apenas tenía ocho años y ya se robaba escenas sin decir casi nada.
3. El guion se escribió en poco más de una semana
John Hughes escribió el guion de Mi pobre angelito en poco más de nueve días. La idea le llegó mientras preparaba unas vacaciones con su familia. Imaginó lo que pasaría si uno de sus hijos se quedaba accidentalmente en casa, y el resto es historia.
4. Robert De Niro estuvo a punto de ser Harry
Antes de que Joe Pesci se quedara con el papel del adorablemente insoportable Harry, el estudio consideró a Robert De Niro. El contraste habría sido interesante, sin embargo, Niro declinó, y eso abrió la puerta a Pesci, quien convirtió al personaje en uno de los villanos cómicos más memorables del cine. Su química con Daniel Stern fue tan perfecta que hoy es imposible imaginar otra dupla.
5. Culkin improvisó uno de los momentos más emblemáticos
Una de las escenas más recordadas es Kevin aplicándose loción y gritando frente al espejo, pero pocos saben que fue improvisada. En el guion, el niño solo debía ponerse la loción y reaccionar, pero Macaulay Culkin se llevó las manos a las mejillas e hizo el grito que marcaría a toda una generación.