Prime Video apostó por un drama profundo y necesario. Y quienes viven en la CDMX saben, desde el primer segundo, que esta historia no se mira: se siente.
Hay series que retratan ciudades con tanta precisión emocional que se sienten como una carta de amor. Gossip Girl convirtió a Nueva York en un personaje más. Lupin hizo de París un escenario misterioso y elegante. La Casa de Papel le dio a Madrid un ritmo frenético. Y The Bear transformó a Chicago en un caos hermoso. Cada una de estas producciones entiende que una ciudad no es solo calles y edificios: es cultura, memoria e identidad.
Y México también tiene historias así. Relatos que no maquillan la realidad, que no buscan ser postales, sino retratos que te dejan un nudo en la garganta. Y en su catálogo, Prime Video cuenta con una serie que entra directo en esa categoría. Una que captura un día tan marcado en la memoria colectiva que cualquier persona que viva, o haya vivido, en la CDMX sabrá exactamente por qué duele verla.
Una serie que reconstruye un día que México jamás borrará
Ambientada en el 19 de septiembre de 1985, Cada minuto cuenta reconstruye una de las tragedias más devastadoras en la historia de México: el terremoto de 8.1 grados que sacudió la capital y dejó miles de muertos, edificios colapsados y una ciudad herida que, aun así, encontró una fuerza inesperada para levantarse.
La producción de Prime Video no busca revictimizar ni explotar el dolor. Su intención es otra: mostrar la humanidad que brotó entre los escombros, el miedo que paralizó a las familias, los héroes anónimos y la mezcla de fragilidad y valentía que caracteriza a la CDMX cuando todo se desmorona, literalmente.
Tres historias distintas, un mismo minuto que lo cambia todo
La serie sigue tres líneas narrativas que se cruzan en el mismo instante. La primera es un doctor perseguido por su propio pasado. Cuando la tierra comienza a temblar, él queda atrapado en un dilema moral: salvar a quienes están frente a él o enfrentar los fantasmas que ha evitado durante años.
La segunda línea tiene a una familia en crisis. El temblor llega entre discusiones, silencios incómodos y distancias emocionales. La sacudida refleja el derrumbe emocional que ya vivían. Ahora deben sobrevivir juntos, incluso si no saben cómo seguir siendo familia.
La tercera es una periodista obsesionada con la fama. Ella la nota y el reconocimiento, pero lo que encuentra ese día no es una oportunidad profesional: es una responsabilidad ética que la obliga a decidir qué tipo de periodista y qué tipo de persona quiere ser.
Un retrato brutal de lo que significa sobrevivir en la CDMX
La serie no suaviza nada. Se siente cruda, cercana e inquietante. Reconstruye calles colapsadas, hospitales saturados, voluntarios corriendo entre polvo y ruinas, vecinos cavando con las manos para encontrar a desconocidos.
Si viviste el temblor del 2017, muchas escenas te harán revivir esa sensación de vulnerabilidad inmediata, junto a mezcla de miedo y solidaridad. Eso es lo que hace tan poderosa a Cada minuto cuenta: conecta décadas distintas con el mismo sentimiento colectivo.