Los hermanos Duffer reconocen un fallo que los persigue desde la primera vez que lo notaron. Un momento inesperado, inquietante y definitivo que ahora reescribe parte del misterio detrás de la serie más famosa de Netflix.
Treinta episodios después y con el cierre definitivo a la vista, los hermanos Matt y Ross Duffer han sorprendido a los fans con una confesión que pocos esperaban. Tras el estreno de los primeros cuatro episodios de la quinta temporada en Netflix, y mientras aguardamos el segundo volumen programado para el 25 de diciembre, los creadores han reconocido uno de los errores más grandes de Stranger Things. Ellos mismos aseguran que, mirando hacia atrás, sienten escalofríos al volver a ver ciertas secuencias de su temporada inaugural.
El error que aún atormenta a los creadores de ‘Stranger Things’
El motivo principal, explican en una entrevista con Radio Times, fue el reducido presupuesto con el que trabajaron en 2016. Los fans llevan años señalando las diferencias evidentes entre el Demogorgon de la primera temporada y el que aparece en las más recientes, mucho más detallado, orgánico y aterrador. Los Duffer no solo admiten esta brecha visual, sino que confirman que en sus inicios simplemente no contaban con los recursos necesarios para hacerlo mejor, pese a su ambición creativa.
Matt Duffer lo expresó sin rodeos: cada vez que revisa la primera temporada, siente vergüenza por la calidad de los efectos visuales. La producción actual, cuyo presupuesto es hasta diez veces mayor, contrasta radicalmente con aquel debut modesto. La evolución de la serie en términos técnicos es evidente, y los creadores reconocen que el éxito posterior les permitió alcanzar la calidad visual que siempre imaginaron para el mundo del Upside Down.
‘Stranger Things’ y la presión de sostener un fenómeno global
Pero el dinero no fue el único obstáculo. Ross Duffer subraya que la inexperiencia también jugó un papel crucial. En 2016, confiesa, simplemente no sabían del todo lo que estaban haciendo. Esa temporada inicial, que muchos consideran la mejor y que incluso podría haber funcionado como una miniserie cerrada, fue también su campo de aprendizaje más duro y acelerado.
De hecho, parte del mayor error que reconocen no solo está en el CGI inicial, sino en su insistencia en intentar efectos prácticos que no terminaron de funcionar. Al principio, su intención era filmar a un actor dentro de un traje del Demogorgon para mantener una estética más física y tangible. Lo intentaron, lo filmaron y, según Ross, fue un alivio que nadie pudiera ver ese resultado durante la producción.
Aunque los fans todavía discuten cuáles son exactamente las escenas que provocan esos escalofríos en los Duffer, basta volver a ver la primera temporada para identificar los planos más toscos o limitados del Demogorgon. Y, paradójicamente, esa torpeza inicial se ha convertido con el tiempo en parte del encanto nostálgico de la serie, un recordatorio de sus orígenes casi artesanales.