‘Avatar: Fuego y cenizas’ revelará el lado más inquietante de Pandora. James Cameron explica cómo el Pueblo de la Ceniza desafía la espiritualidad Na’vi, adopta rituales extremos y plantea un conflicto moral que afectará de lleno a la familia Sully.
Avatar: Fuego y cenizas se perfila como la entrega más oscura de toda la saga. Tras los acontecimientos de El camino del agua, la familia Sully continúa marcada por el duelo, mientras Pandora revela un nuevo rostro: uno abrasado por el fuego, la pérdida y el resentimiento. En este contexto emerge el Pueblo de la Ceniza, una tribu Na’vi que rompe de forma radical con la imagen armónica y espiritual que definía hasta ahora a estos habitantes.
‘Avatar: Fuego y cenizas’ promete el lado más sombrío de Pandora
A diferencia de los clanes del bosque o del océano, el Pueblo de la Ceniza habita territorios volcánicos devastados por una catástrofe que destruyó su antiguo hogar. Ese trauma colectivo los llevó a rechazar a Eywa, la deidad que representa la conciencia viva del planeta, y a romper con el equilibrio natural que guía a los demás Na’vi. En Avatar 3 se utiliza este quiebre como eje narrativo para cuestionar la idea de que todos los Na’vi son inherentemente pacíficos y espiritualmente puros.
En entrevista con MovieWeb, James Cameron explicó que esta nueva tribu nace desde la sensación de abandono. Según el director, este grupo de Na’vi caídos en desgracia pone en jaque nuestra comprensión del mito central de la saga, al plantear qué ocurre cuando el gran equilibrio desaparece. “Ella [Eywa] existe como conciencia dentro de la biosfera del planeta. Bueno, ¿qué pasa si Eywa te abandona? ¿Qué pasa si tu madre te abandona? ¿Crees que un niño lo procesaría como: "Ay, mamá no pudo hacer nada"? No, simplemente te sientes abandonado”, señala Cameron sobre ese resentimiento como el motor emocional que define al Pueblo de la Ceniza.
Rituales, fuego y una fe distorsionada
La ruptura espiritual del clan también se refleja en su cultura y sus rituales. Cameron reveló que la película introduce ceremonias creadas específicamente para este pueblo, inspiradas en rituales reales, pero reinterpretadas desde una lógica más oscura. El cineasta explicó que una de las líderes diseñó su propio movimiento y un arma ritual en forma de espiral, acompañada de una danza hipnótica ligada al fuego. La intención, dice el director, es que todo se sienta real, incluso si el espectador no comprende por completo su significado.
Otro de los elementos más perturbadores del Pueblo de la Ceniza es su relación con el sacrificio. Cameron detalló que algunas escenas se inspiran en ceremonias de sangre de pueblos originarios de Sudamérica, donde los participantes se marcan con sangre como símbolo de unión. Esa imaginería se traslada a una ceremonia de sacrificio en la que los Na’vi del fuego se untan sangre sobre el cuerpo, reforzando la idea de que su espiritualidad ha derivado hacia prácticas extremas y violentas.
La alianza con Quaritch y el conflicto moral
Este quiebre ideológico lleva al Pueblo de la Ceniza a aliarse con Miles Quaritch (Stephen Lang), quien regresa como antagonista clave de la saga. A diferencia de otros clanes, ellos no rechazan la tecnología humana, sino que la adoptan como una herramienta más de poder. Así que con la más reciente entrega (disponible en salas de Cinépolis y Cinemex a partir del 18 de diciembre), Cameron no solo amplía el mapa de Pandora, sino que redefine su mitología.