Una película diferente para la época que fue grabada utilizando solamente tres celulares: un corazón roto y un largo viaje de Navidad.
Este año una de las películas más populares del año fue Anora, que incluso hizo a Mikey Madison la actriz más buscada del año, pero podría decirse que esa cinta no entra precisamente en el tono navideño de la época. Sin embargo, si te gustan las historias de Sean Baker y no estás de humor para Elf, El expreso polar o Last Christmas Baker tiene una película que sí queda perfecto con la época.
Se llama Tangerine y es una de esas películas sobre personajes reales, marginados y emociones sin maquillaje que sucede en Nochebuena. Además, lo impresionante de la película es que está grabada tan solo con tres iPhones lo que le añade un toque único extra para ver algo distinto en esta época.
Un corazón roto, donas y una Nochebuena que se sale de control
La película sigue a Sin-Dee Rella (Kitana Kiki Rodriguez), una trabajadora sexual trans, que al salir de un tiempo corto en prisión se entera de que su novio y proxeneta le fue infiel mientras ella estaba detenida. Lejos de lamentarse en silencio, Sin-Dee decide recorrer la ciudad para encontrarlo y enfrentar la traición, sin que nada la detenga.
Junto a ella va Alexandra (Mya Taylor), su amiga, confidente y compañera de trabajo, quien intenta mantener la calma mientras prepara una presentación musical que dará esa misma noche. Ambas terminan envueltas en un recorrido caótico por calles, bares y esquinas poco glamorosas de Hollywood.
Al mismo tiempo Tangerine introduce a Razmik (Karren Karagulian), un taxista que frecuenta el mismo circuito nocturno y cuyos camino termina cruzándose con los de Sin-Dee y Alexandra. Las historias de todos se encuentran lentamente hasta un cierre navideño tan explosivo, caótico e inesperado, sello del cine de Baker.
Realismo a través de un teléfono inteligente
Una de las cosas más llamativas de Tangerine fue su forma de producción: la película fue grabada completamente usando tres iPhone 5s. Sean Baker no sólo optó por esta tecnología debido al presupuesto (de 100 mil dólares), sino por la libertad que le permitía grabar en espacios reales, sin permisos complejos y con una cámara que se camuflara con la calle.
Esta apuesta fue ampliamente elogiada por la crítica que habló de la innovación técnica tanto como de su representación honesta de personajes trans, algo poco común en el cine estadounidense de 2015.
Tangerine se estrenó en el Festival de Sundance y recibió varios reconocimientos; por ejemplo Mya Taylor ganó el Independent Spirit Award a Mejor Actriz de Reparto, convirtiéndose en la primera actriz trans en obtener ese premio. La película fue incluida en varias listas de lo mejor del año.
Es un hecho que Tangerine no es la clásica película de Navidad con romance, comedia sencilla o cenas caóticas; pero sí es una representación entretenida de la época que se salde del molde y mantiene ese aire acelerado, ruidoso y humano de las fiestas.