Sin sustos fáciles ni efectos excesivos, esta película llevó el terror a un nivel casi espiritual. Lo que comienza como un drama familiar se convierte en una pesadilla de fanatismo y libertad. Un filme imperdible disponible en Prime Video.
Con apenas cuatro largometrajes, Robert Eggers se ha consolidado como uno de los cineastas más singulares e influyentes del siglo XXI. Su más reciente filme, Nosferatu, reimagina el mito vampírico con la precisión estética y la obsesión histórica que definen su estilo. Pero antes de llegar a esta pesadilla, Eggers ya había demostrado su dominio en la construcción simbólica del mito con El hombre del norte, así como el magistral desarrollo del horror atmosférico en El faro.
Sin embargo, fue con su ópera prima, La bruja, donde el cineasta reveló todo su potencial y marcó un antes y un después en el cine de terror contemporáneo. Mientras muchos directores recurren a los sustos fáciles o al exceso de violencia gráfica, Eggers eligió el camino de la sugestión y la fidelidad histórica. Con este filme, logró crear una atmósfera que combina el horror psicológico con la reconstrucción de un universo puritano del siglo XVII, donde el miedo nace de la fe, el pecado y la represión.
La película que cambió para siempre el terror del siglo XXI que puedes ver en Prime Video
Brujas decrépitas, bosques malditos, cuerpos poseídos y exorcismos forman parte del repertorio habitual del terror. Sin embargo, Eggers logra revitalizar estos elementos al convertirlos en metáforas del miedo religioso y del desmoronamiento familiar. Desde su estreno, la película ha sido considerada una obra maestra moderna del género y hoy puede disfrutarse en Prime Video, donde sigue provocando el mismo estremecimiento y admiración que hace una década.
Ambientada en 1630, el filme narra la historia de William (Ralph Ineson), su esposa Katherine (Kate Dickie) y sus cinco hijos, entre ellos la adolescente Thomasin (Anya Taylor-Joy en su debut cinematográfico). La familia, expulsada por su inflexibilidad religiosa, se instala en una granja solitaria donde la infertilidad de la tierra, el hambre y la desconfianza comienzan a corroer los lazos familiares. La desaparición misteriosa del bebé recién nacido desata la paranoia y el sentimiento de culpa que poco a poco los consume.
Un fascinante relato de terror religioso con precisión histórica
El relato está atravesado por un conflicto espiritual que se convierte en un infierno doméstico. Thomasin, la hija mayor, carga con la culpa de todos, víctima del fanatismo de su madre, del deseo reprimido de su hermano y de la impotencia de su padre. A su alrededor, los gemelos parecen estar poseídos por un espíritu maligno y una cabra negra llamada Black Phillip comienza a adquirir una presencia cada vez más inquietante.
Eggers, también guionista, trabajó durante una década en la creación de este universo, estudiando los modos de vida, el lenguaje y las creencias de la Nueva Inglaterra puritana. Su formación como escenógrafo y diseñador de vestuario se refleja en cada detalle visual y lingüístico. La fidelidad al inglés arcaico, la ambientación austera y la iluminación natural construyen una sensación de autenticidad que sumerge al espectador en la mentalidad fanática y temerosa de sus personajes.
Más allá de su apariencia de cuento de horror, La bruja es una meditación sobre el miedo y la fe, sobre la forma en que las creencias pueden moldear y destruir la realidad. Eggers redefine el terror contemporáneo, alejándose del efectismo y acercándose al simbolismo puro. Su debut no solo inauguró una nueva etapa en el cine de horror, sino que abrió el camino para un estilo autoral que sigue consolidándose como una de las voces más poderosas del cine moderno.