Con todas sus temporadas disponibles en Disney+, esta serie es perfecta tanto para quien nunca la ha visto como para quien quiere volver a disfrutarla. Porque aunque hayan pasado 15 años desde su estreno, sigue siendo igual de perturbadora.
Algunos han señalado que series como How I Met Your Mother, Two and a Half Men y hasta Guardianes de la Bahía, han envejecido mal. Y luego están esas que, aunque pasen los años, siguen provocando incomodidad y pesadillas. Durante mucho tiempo, el terror en la televisión fue visto como un género de menor categoría. Y esto duró hasta que una producción decidió romper todas las reglas y demostrar que el miedo también podía ser ambicioso, provocador y completamente impredecible.
A inicios de la década pasada, nadie esperaba que una serie lograra reinventarse cada año, cambiar de historia, de personajes, de tono y aun así mantener a millones de personas pegadas a la pantalla. Mucho menos que se atreviera a tocar temas incómodos, grotescos y polémicos sin pedir permiso. Pero eso fue exactamente lo que ocurrió con American Horror Story.
El terror como antología
Desde su primera temporada, la serie dejó claro que no iba a jugar seguro. Cada entrega contaría una historia distinta: casas embrujadas, hospitales psiquiátricos, aquelarres, circos de fenómenos, hoteles malditos, sectas, apocalipsis y horrores inspirados tanto en la ficción como en hechos reales.
Ese formato antológico permitió algo poco común en televisión: libertad total. Si una temporada no conectaba contigo, la siguiente podía hacerlo. No había que seguir una línea única ni comprometerse a una sola historia eterna. Cada entrega era una nueva apuesta y una oportunidad para enamorar a los televidentes.
Hasta ahora, la serie acumula 12 temporadas y alrededor de 130 episodios, algo impresionante para una producción que jamás repite exactamente la misma fórmula. El terror cambia de forma, de ritmo y de intención, pero nunca desaparece.
El elenco que se transforma temporada tras temporada
Uno de los sellos más reconocibles de American Horror Story es su elenco recurrente. Aunque las historias cambian, muchos actores regresan una y otra vez, interpretando personajes completamente distintos. Eso se volvió parte del encanto.
Figuras como Evan Peters, Sarah Paulson y Lily Rabe se convirtieron en el corazón de la serie. Los tres han aparecido en nueve de las doce temporadas, pasando de víctimas a villanos, de héroes a monstruos, de personajes trágicos a figuras absolutamente perturbadoras. Verlos transformarse cada año es parte de la experiencia. Uno sabes qué versión te va a tocar.
Una serie que no le teme a incomodar
American Horror Story nunca ha sido sutil. Y esa es precisamente una de sus mayores virtudes. La serie aborda temas como la violencia, la religión, la sexualidad, la locura, la muerte y el poder desde ángulos extremos. A veces exagera, provoca rechazo y divide al público pero jamás pasa desapercibida ni deja indiferente a nadie.
Antes de American Horror Story, el terror en televisión era limitado. Después de ella, el panorama cambió. Demostró que el género podía ser prestigioso, arriesgado y visualmente ambicioso. Que podía atraer a grandes actores, generar conversación semana tras semana y mantenerse relevante durante más de una década. Y hoy puedes ver todo en Disney+.