La película de terror moderno que te quitará las ganas de investigar tu árbol genealógico
Desde 'El arca rusa' de Aleksander Sokurov hasta 'Museo' de Alonso Ruizpalacios, me encantan las películas que se desarrollan al interior de los museos. Como historiador del arte, me interesa explorar los vínculos que existen entre la pintura y el cine como medios de expresión visual.

La aterradora ‘Hereditary’ explora los secretos más oscuros de una familia marcada por un legado siniestro. Con una actuación magistral de Toni Collette y la visión de Ari Aster, es el tipo de terror que deja huella y paraliza.

En los últimos años el cine de horror ha vivido un notable resurgimiento, pero pocas películas han dejado una huella tan profunda como Hereditary. Desde su estreno en 2018 provocó un rumor constante que no tardó en convertirse en reconocimiento unánime. El director, Ari Aster, construye aquí un relato que no solo busca inquietar, sino que aspira a perturbar emocional y psicológicamente, golpeando al espectador con una fuerza que resulta imposible anticipar.

El legado oscuro de la familia Graham en ‘Hereditary’

La historia sigue a la familia Graham después de la muerte de la matriarca. Lo que en apariencia es un duelo común pronto revela grietas más profundas: secretos ancestrales que se desdoblan como un rompecabezas siniestro. Conforme las piezas comienzan a encajar, el horror adquiere dimensiones que superan lo sobrenatural y se adentran en el terreno de lo espiritual, lo hereditario y lo ineludible. El pasado, que parecía enterrado, regresa con una violencia inesperada.

Hereditary evita depender de sobresaltos o ruidos repentinos. Su poder radica en un horror que se infiltra lentamente, en imágenes que se quedan grabadas y emociones que continúan resonando mucho después de que la película termina. Ari Aster apuesta por un terror que nace del dolor, de la pérdida y de la sensación de que algunos destinos simplemente no pueden evitarse. Es una experiencia difícil de describir y aún más difícil de olvidar.

Terror real, sin artificios ni trucos fáciles

Pese a tratarse de su ópera prima, Aster demuestra una madurez cinematográfica sorprendente. La precisión de su puesta en escena, la forma en que controla el ritmo emocional y la habilidad con la que manipula la atmósfera sugieren la maestría de un cineasta experimentado. Hereditary no se siente como el inicio de una carrera, sino como la obra de alguien que lleva años perfeccionando su visión.

Aunque el elenco entero ofrece interpretaciones sólidas, destaca especialmente Toni Collette, quien entrega una actuación compleja, visceral y profundamente desgarradora. Su trabajo dota a la película de una intensidad emocional que la convierte en algo más que un relato de terror. A su lado, Alex Wolff sorprende por la vulnerabilidad y angustia con la que construye su personaje, mostrando un rango actoral que confirma su talento. Gabriel Byrne y Milly Shapiro también aportan matices que fortalecen la tragedia familiar.

El impacto de Hereditary no se limita a su historia o a sus imágenes, sino a la sensación de fatalidad que siembra en quien la observa. Explora el peso de la herencia, las sombras familiares y el miedo a descubrir que el horror forma parte de nuestra identidad. Es una obra que remueve, que perturba y que, de alguna manera, obliga a mirar hacia adentro con una mezcla de fascinación y espanto.

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