Críticas
3,0
Entretenida
Todas las pecas del mundo

El amor en los tiempos de secundaria

por Uriel Linares

La incomprendida etapa de la adolescencia… tan bella y memorable, estoy seguro que muchos aún conservan en un rincón muy especial de su corazón estos años de su vida, en especial la época de la secundaria; fue allí que -probablemente- vimos de cerca el primer amor y si no lo tienes muy claro no te preocupes que Todas las pecas del mundo está aquí para desempolvar al adolescente que llevas dentro.

Esta cinta sigue la enérgica vida de José Miguel Mota (Hanssel Casillas), un joven de 13 años con faceta de inventor que llega a una nueva secundaria donde se enamora de la chica más bella, Cristina Palazuelos (Loreto Peralta). Y en plena época futbulera con el Mundial de Estados Unidos 1994, el balón se vuelve un elemento crucial para culminar con su conquista estudiantil.

En los primeros instantes de la cinta puede apreciarse el camino que seguirá Todas las pecas del mundo, entre viejos televisores que sólo sintonizan partidos del Mundial de Futbol y una familia de cuatro que la mayor parte tiene un padre ausente debido al rigor del trabajo. A pesar de esto la energía juvenil se apodera de cada momento con diálogos ligeros y chistes esporádicos que simplemente traen a la memoria aquel momento de estudiante de todo espectador.

Y para mantener la irreverencia que trae consigo la adolescencia es Hanssel Casillas el encargado de presentar al cambiante Miguel quien presume de una personalidad determinada y mente aguda, es así como Hanssel arroja una fluida interpretación capaz de crear una rápida conexión con el público e inclusive hacernos recordar porqué el amor y la amistad no tienen edad.

Después del monstruoso éxito en taquilla de No se aceptan devoluciones y con un discreto paso con La Sirenita, Loreto Peralta vuelve a la pantalla grande. Como se esperaba, ella es la chica bonita de la película, sin embargo, la historia buscó alejarse de estereotipos y permite a Peralta tomar un cálido papel con una niña que le termina cayendo bien; no todas las bonitas del salón son odiosas, esto lo deja claro Loreto.

El mayor acierto de esta cinta que claramente mantiene el estilo del coming of age en todas sus letras recae en su libreto firmado por Gibrán Portela, Javier Peñalosa y Yibrán Asuad, este último director y desde 1997 ha trabajado en el séptimo arte principalmente como editor. En todo momento puede notarse que Asuad tuvo muy claro por cual camino llevaría a sus cálidos personajes y el ritmo actoral con el cual serían dotados, al final encuentras una inocencia natural y sincera.

A pesar de esto último es verdad que la cinta sufre de verdaderos motivos para ser contados a través de un largometraje y no es que el amor juvenil y el aprendizaje de vida a través de la familia y los amigos no sean temas relevantes o lo bastante extensos, sin embargo, una vez que se dejan claros los caminos de los protagonistas el resto se vuelve predecible y un tanto irrelevante

Son divertidas las extrañas ideas de Miguel Mota para hacerse del corazón de Cristina, pero después no hay nada, sólo queda un grupo de chicos ayudando -sin siquiera desearlo en verdad- al protagonista, pasan los minutos y esto se mantiene. Sin duda alguna la complejidad de crear una película balanceada y entretenida es real, cintas como  Mommy o Juno: Crecer, correr y tropezar son capaces de presentar un trasfondo complejo detrás de personajes jóvenes y a su vez no soltar al público un solo segundo.

Todas las pecas del mundo es una película que por mucho ayuda a la industria fílmica mexicana al alejarse marcadamente de comedias románticas que apuestan a las obscenidades con tal de despertar un morbo oculto dentro del público. Aquí existen personajes que son abanderados por la inocencia y acompañados por el carisma de sus actores, sin duda una cinta para toda la familia que merece ser vista y tal vez traiga grandes recuerdos de tu adolescencia, ya sabes lo que dicen: recordar es volver a vivir.