John Wayne, una de las figuras más emblemáticas del cine estadounidense, trabajó a lo largo de su carrera con múltiples actores y directores, consolidando colaboraciones que marcaron la historia de Hollywood. Si bien su relación con el director John Ford es ampliamente reconocida, habiendo realizado 22 películas juntos, en el ámbito actoral, Wayne tuvo un compañero con el que compartió pantalla en 27 ocasiones: Paul Fix.
El rostro de Paul Fix resulta familiar para los fans del cine clásico, apareciendo en múltiples películas junto a Wayne y actuando en papeles tanto protagónicos como secundarios.
Su primer trabajo juntos fue en el drama Three Girls Lost, dirigido por Sidney Lanfield, y desde entonces la dupla compartió escenas a lo largo de cuatro décadas, destacando en filmes como Los hijos de Katie Elder, El Dorado y Hondo. Su última colaboración se dio en Cahill, Sheriff of the West, consolidando un legado de 27 películas en conjunto.
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Además de ser su frecuente coestrella, Paul Fix fue el consultor de actuación de Wayne, contribuyendo a moldear la icónica presencia del actor en pantalla. Su carrera, sin embargo, trascendió su relación con Wayne, y se inició en el cine mudo con The Perfect Clown, acumulando más de 300 créditos en cine y televisión. También se desempeñó como guionista en títulos como The Notorious Mr. Monks y The Girl with Green Eyes.
Se mantuvo activo en la industria hasta finales de los años setenta, y su última aparición en cine fue en Wanda Nevada, dirigida y protagonizada por Peter Fonda, mientras que su despedida televisiva llegó con un episodio de Quincy en 1981. Falleció dos años después, a los 82 años, debido a insuficiencia renal, y ahora su legado, al igual que el de Wayne, sigue vivo en la historia del cine clásico estadounidense.