Desde que apareció por primera vez en el cine en el 2001, Shrek no sólo se convirtió en una película animada del montón. La cinta de DreamWorks llegó a romper las reglas de los cuentos de hadas, demostrando que no en todas las buenas historias hay un príncipe o que los ogros son necesariamente malos. Con su humor sarcástico, referencias a la cultura popular y mucho corazón gigante, Shrek conquistó al mundo y se convirtió en un ícono de la cultura pop, que ya va por su quinta entrega (aunque a muchos no les haya encantado el nuevo estilo).
Con tanto amor, Shrek tiene su propia legión de fans que lo veneran casi como si fuera una deidad del séptimo arte. Con cuatro películas y una quinta en camino, especiales de Navidad, spin-offs como El gato con botas: El último deseo y más, el ogro ha sabido mantenerse vigente a lo largo de los años. Pero, tal vez lo más sorprendente que ha ocurrido en torno a Shrek tuvo lugar en Filipinas, con una señora que le rezó durante mil 460 días.
Como si fuera una historia de película, la mujer le dedicó ni más ni menos que cuatro años de su vida rezándole al ogro verde más querido del cine, todo por una confusión. Día con día, la mujer hacía oraciones frente a una figura que ella pensaba que era una representación del mismísimo Buda, pero que en realidad era el simpático y gruñón protagonista de Shrek. Por increíble que parezca, una persona desconocía la existencia del personaje de DreamWorks.
DreamWorks
Todo comenzó cuando una señora compró una figura religiosa en un mercado local. El vendedor le aseguró que se trataba de una imagen de Buda, perfecta para colocarla en su altar personal. La mujer, confiada, la colocó en su casa y comenzó a rezarle todos los días, encendiendo velas, haciendo sus peticiones, y agradeciendo devoción. Todo con la mejor intención del mundo. El único detalle es que nunca se dio cuenta de que la figura tenía orejas y una sonrisa burlona, aunque vestía igual que el maestro espiritual también conocido como Siddharta Gautama.
La historia se hizo viral después de que una joven cercana a la mujer visitó su casa y notó que algo no cuadraba. La chica tomó una imagen de la figura y la compartió en redes sociales, dándole a conocer al mundo entero la peculiar historia de la señora de Filipinas. En cuestión de horas, la imagen encendió el internet, con miles de personas reaccionando ante el hecho de que el ogro se convirtió en Buda por cuatro años.
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La historia generó generado todo tipo de reacciones. Desde risas hasta reflexiones sobre cómo las películas pueden tocar a las personas de maneras que nunca sospecharían. Por supuesto, también reforzó el estatus de Shrek como un personaje legendario que ha llegado a convertirse en figura de una religión sin buscarlo.
