Netflix se ha convertido en ese amigo al que siempre acudimos cuando no sabemos qué ver, qué hacer o simplemente queremos olvidarnos del mundo con una buena historia. Y vaya que el gigante del streaming ha sabido cómo consentirnos. Desde fenómenos virales como Stranger Things y El juego del calamar, hasta peliculones como Alerta roja o No mires arriba, la plataforma ha construido un catálogo con títulos que nos tienen pegados a la pantalla por horas.
Con tantas opciones nuevas saliendo cada semana, uno pensaría que las más populares se van renovando constantemente. Pero al darse una vuelta por la lista de los contenidos más vistos de todos los tiempos en Netflix, podrás encontrar que hay algunas películas que simplemente rompieron el algoritmo. Una de ellas, en particular, ocupa el octavo lugar en ese codiciado ranking, con más de 143 millones de visualizaciones. Y no sólo eso, sino que tiene uno de los elencos más impactantes que se han visto últimamente.
La película en cuestión es Dejar el mundo atrás, una historia de ciencia ficción que mezcla suspenso, paranoia y dilemas existenciales con una dirección impecable. Protagonizada por nada más y nada menos que Julia Roberts, Ethan Hawke, Mahershala Ali y Kevin Bacon, esta cinta te atrapa desde el primer minuto y no te suelta hasta las últimas imágenes. Si creías que no era posible tener esa alineación estelar en una película de streaming, pues Netflix lo hizo.
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La trama arranca con una familia que decide tomarse unas vacaciones lejos del caos de la ciudad, rentando una casa de lujo en un lugar aparentemente tranquilo. Todo va bien hasta que una noche dos desconocidos llegan tocando la puerta, diciendo que la ciudad ha colapsado y que el mundo tal como lo conocen está cambiando. Nadie sabe qué está pasando afuera ni en quién se puede confiar cuando ya no hay internet, radio ni señal de celular.
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Dejar el mundo atrás no es una historia de invasiones alienígenas ni explosiones cada cinco minutos. Es mucho más sutil y por eso mismo es más inquietante. La película te hace pensar en lo frágil que puede ser nuestra normalidad, y cómo reaccionaríamos si de repente el mundo, literalmente, se apagara. Las tensiones entre los personajes crecen con cada escena, y el suspenso se cocina a fuego lento, hasta llegar a un momento que te deja cuestionando todo.