Cuando los espectadores escuchan el nombre de Tom Hanks, automáticamente se les viene a la mente frases como "la vida es como una caja de chocolates" de Forrest Gump, o su épico monólogo en una isla desierta en Náufrago. Casi siempre, Hanks ha dado vida a un tipo amable, entrañable y simpático, formando parte de la vida del público. Pero lo cierto es que hay un lado mucho más oscuro y poderoso del actor que pocos recuerdan y que él mismo valora mucho.
Puede que no sea la primera película que todos recuerden de Hanks, pero para él, es la más intensa, emocionante y cercana a su corazón. Sin embargo, a diferencia de Forrest Gump o La terminal, en esta ocasión no fue interpretando a un héroe solitario ni a un hombre viviendo los eventos históricos más importantes de Estados Unidos, sino que se metió de lleno en una historia de mafia, muerte y redención.
La película es en cuestión es Camino a la perdición, un thriller gánster dirigido por Sam Mendes en 2002. En ella, Hanks interpreta a Michael Sullivan, un sicario al servicio de la mafia irlandesa durante la Gran Depresión. El actor da vida a una figura dura, implacable y leal, hasta que la traición lo obliga a huir con su hijo, en un viaje lleno de venganza y sombras. Hanks se luce en un papel crudo, lleno de matices y emociones encontradas, donde se ve a un padre luchando por proteger lo único que le queda.
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A pesar de no ser una historia tan presente en el imaginario colectivo como Forrest Gump, la realidad es que Camino a la perdición fue un éxito en taquilla, con casi 200 millones de dólares acumulados a nivel mundial. Y no sólo fue eso, sino que se llevó un Oscar por fotografía. Pero, sobre todo, le dio a Hanks un papel inolvidable en el que demostró su versatilidad y capacidad actoral, alejado de la comedia y la diversión.
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Si aún no has visto esta película o si hace años que no lo haces, estás de suerte ya que actualmente está disponible en Pluto TV, una plataforma de streaming gratuito, aunque con anuncios, pero nada grave. En un mar de superhéroes, comedias genéricas y remakes sin alma, Camino a la perdición es una joya que se mantiene vigente incluso luego de más de 20 años desde su estreno.