Matrix cambió el cine para siempre: nos voló la cabeza con sus escenas de acción en cámara lenta, sus trajes negros de cuero con lentes oscuros y la profunda pregunta existencial de si vivimos en una simulación Fue en 1999 cuando las hermanas Lana y Lilly Wachowski rompieron todas las reglas del juego con una historia que mezclaba filosofía, efectos digitales de otro nivel y mucha originalidad. Y qué decir de Keanu Reeves quien se convirtió en Neo, un héroe que no sabíamos que necesitábamos.
Y como era de esperarse, el dúo creativo detrás de este fenómeno no iba a quedarse sólo con una franquicia. Las Wachowski tenían todavía muchas ideas, mundos y personajes extraños que querían compartir con el público. Por esa razón fue que años después regresaron con otra propuesta futurista, extravagante y cargada de efectos especiales que parecen sacados de una pintura psicodélica digna de Hollywood.
Pero, para sorpresa de muchos, esta película no fue recibida con aplausos en su estreno. De hecho, pasó algo desapercibida y fue duramente juzgada por la crítica. Afortunadamente, el tiempo le ha hecho justicia y hoy empieza a ser vista como lo que realmente es: una aventura espacial única en su especie. Hablamos de El destino de Júpiter, una cinta que, si bien fue subestimada en su momento, ahora está siendo redescubierta por los amantes de la ciencia ficción y lo original.
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Protagonizada por Mila Kunis y Channing Tatum, El destino de Júpiter nos lleva por una galaxia en la que los humanos ni siquiera son la especie más importante. Kunis interpreta a Jupiter Jones, una joven común y corriente que limpia casas y parece tener una vida normal, hasta que un día descubre que es la heredera de un imperio intergaláctico.
El protector misterioso es Caine Wise, interpretado por Tatum, un ser mitad humano y mitad lobo. Él se encarga de proteger a Jupiter mientras juntos intentan detener una amenaza que no solo podría acabar con la Tierra, sino con el equilibrio de todo el universo. Ahí es cuando la película se transforma en persecuciones en naves, batallas espaciales, razas alienígenas con diseños alucinantes y una dirección de arte que parece sacada de un sueño.
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Y aunque no todo el mundo supo apreciarla en su momento, ahora que está en Netflix, cada vez más personas están dándole la oportunidad y quedándose con la boca abierta. Puede que la trama tenga momentos un poco locos, pero hay que reconocer el mérito de que es una historia original, visualmente impactante, y con el sello Wachowski.